Por Oriana Vera

El pasado domingo 27 de octubre se celebraron elecciones generales en Uruguay. 

La sociedad votó presidente/a y vicepresidente/a de la República, la totalidad de Senadores/as (30) y Diputados/as (99) y, además, en está oportunidad, se sometieron a votación dos plebiscitos (reforma previsional que promueve la baja en la edad jubilatoria y la atribución para que el Estado ejecute allanamientos nocturnos) que no fueron aprobados. 

Con una participación electoral que alcanzó el 90.13% de los habilitados por el padrón electoral, éstas mostraron un escenario favorable para el Frente Amplio quien obtuvo 17 puntos de ventaja sobre el partido oficialista (Partido Nacional), pero no consiguió imponerse en la primera vuelta.

Como era de esperarse, ningún candidato logró imponerse en primera vuelta (se necesita el 50% + 1 de los votos), por lo que el país vecino tendrá una segunda vuelta electoral el 24 de noviembre entre el Frente Amplio y el Partido Nacional (actual oficialismo). Todas las encuestas arrojan un resultado a favor del Frente Amplio.

El candidato a presidente por el Frente Amplio Yamandú Orsi, obtuvo el 46,2% con más de un millón de votos, mientras que el Partido Nacional sacó el 28,2%. Le siguen Andrés Ojeda del Partido Colorado con el 16,9% y Gustavo Salle de Identidad Soberana con el 2,8%.

En términos legislativos, seis partidos políticos obtuvieron este domingo la representación parlamentaria para los próximos cinco años. El escrutinio primario de votos —sin el conteo de los observados— proyectó un Legislativo con suma paridad entre bloques. Sólo los tres partidos tradicionales —incluyendo al Frente Amplio junto a blancos y colorados— tendrán su banca en el Senado. El partido de coalición de izquierda consiguió la mayoría en la cámara alta: 16 de 30. Más de la mitad de los senadores frenteamplistas (9 de 16) serán del MPP.

A nivel general, el Frente Amplio ganó en 11 departamentos (provincias), el Partido Nacional en 6 y el Partido Colorado en 1. En Canelones y Montevideo el FA alcanzó casi el 50% de los votos, mostrando una valoración positiva de los ciudadanos a la gestión local de los integrantes de la fórmula presidencial.

Yamandú es militante del MPP y se desempeñó como Intendente de Canelones entre 2015 y 2023, siendo reelecto en el año 2020. Durante su mandato, Orsi impulsó importantes proyectos de infraestructura, mejorando y construyendo carreteras, implementando planes de saneamiento y drenaje pluvial, previniendo inundaciones; promovió programas orientados a la inclusión y equidad; implementó políticas de sostenibilidad y manejo responsable de los recursos naturales, incluyendo gestión de residuos; fomentó la participación ciudadana en la toma de decisiones, creando espacios de diálogo y consulta, y fortaleció la economía local mediante políticas de creación de empleo y apoyo a pequeñas y medianas empresas.

Por su parte, Carolina Cosse fue intendenta de Montevideo desde noviembre de 2020 hasta 2023 por el FA. Su gestión ha sido reconocida tanto a nivel local como internacional, destacando su capacidad de liderazgo y su visión modernizadora para la capital uruguaya.

El triunfo de Yamandú es fruto de la buena gestión de gobierno en el Departamento de Canelones. Una gestión cercana a su pueblo con ideas claras, fortaleciendo la confianza y el compromiso ciudadano en la gestión pública. Una muy parecida a la de la Intendenta Mayra Mendoza en Quilmes, quien por estas similitudes en gestión, políticas y prioridades, ha firmado un Memorándum de Entendimiento y Cooperación entre ambas partes para entablar una relación de entendimiento mutuo, fraternidad y amistad entre ambos pueblos, con la intención de promover y desarrollar acciones de cooperación e intercambio.

Ambos han aplicado un enfoque orientado a la mejora de la infraestructura, el desarrollo social, la sostenibilidad ambiental, la participación ciudadana y el fortalecimiento de la economía local, buscando implementar políticas inclusivas que respondan a las necesidades de sus comunidades, con un claro compromiso con la equidad y la sostenibilidad. Asumiendo la responsabilidad de una gestión que vaya de la periferia al centro,  comenzando por los barrios y sectores más vulnerados e invisibilizados hasta llegar a todos y todas.

Atravesados por la militancia política, con la claridad que no existen buenas gestiones públicas si no hay una militancia política y social comprometida con los procesos de cambio, con proyectos populares que defienden la democracia.

Orsi, quien asume el desafío con el compromiso de seguir el legado de Mújica, en su discurso en la noche del domingo asume su responsabilidad y sostiene que “no hay cosa más sin apuro que un pueblo haciendo su historia”. Y agregó: “Nuestro Frente Amplio, en este concierto de partidos, es nuevamente el partido más votado del Uruguay. Somos el partido que más creció en esta elección. Vamos por ese último esfuerzo con más ganas que nunca, más de pie que nunca”.

Hoy el Frente Amplio empezó a volver, y desde la pequeña trinchera de nuestra patria chica seguimos sosteniendo que no podemos pensarnos de forma aislada. La integración regional y de nuestros pueblos es clave. La solidaridad, y fundamentalmente, la construcción política internacional es esencial en tiempos de tanta violencia de una derecha regional y global cada vez más reaccionaria, y de un neoliberalismo que se trasluce en neofascismo. 

El campo nacional y popular de la región sigue apostando por un futuro donde la democracia, la equidad y la solidaridad sean los pilares de nuestras sociedades, inspirados por líderes como Orsi y Mendoza que demuestran con gestión que otro camino es posible. Con un fuerte compromiso por la organización de una Patria Grande, entendiendo que no existe proyecto local sin proyecto nacional y regional.