
Argentina enfrenta un rápido proceso de envejecimiento poblacional. A su vez, se evidencia un aumento de la dependencia básica en combinación con un empobrecimiento de las condiciones de vida de las personas adultas mayores, según el Observatorio Humanitario de la Cruz Roja Argentina.
Esta investigación se propuso conocer el contexto sociodemográfico, económico, sanitario y recreativo de las personas adultas mayores de 60 años en Argentina, a partir de una estrategia metodológica cuantitativa: se realizaron 1164 encuestas a personas mayores de 60 años presenciales, y en menor medida telefónicas, en las 23 provincias y Capital Federal del 21 de octubre al 4 noviembre de 2024.
Uno de los resultados de mayor relevancia es el puntaje de evolución del Índice Bienestar Adulto Mayores (IBAM) 2024 de 4.9, en una escala del 1 (bajo bienestar) al 10 (alto bienestar). Esto representa un descenso de 0.8 en relación al 2022 y de 0.3 respecto al 2021. Se evidencia un empeoramiento del bienestar general de las personas adultas mayores encuestadas, incluso con la incidencia de la pandemia COVID-19 en 2021 y 2022.
El deterioro del IBAM 2024 es consecuente y se contextualiza con las cifras oficiales de pobreza e indigencia en este grupo poblacional. Es destacable el deterioro de las variables de satisfacción de necesidades de alimentación y satisfacción de necesidades económicas en la comparación entre el IBAM 2021, 2022 y 2024.
El 50% del total de personas encuestadas declara que su principal ingreso no es suficiente para cubrir gastos y necesidades. Esta variable evidencia un empeoramiento respecto a las observaciones de 2021 y 2022, con un aumento de entre el 31% y el 35% de personas que declaran la insuficiencia de sus ingresos. A su vez, se releva que el principal complemento sobre el que se apoyan es la ayuda monetaria familiar o de vínculos cercanos, lo que impacta sobre su autonomía económica.
En retrospectiva, alrededor del 40% de las personas encuestadas considera que empeoró su situación económica en el último año y el 46% de las personas encuestadas tienen poco o nada satisfechas sus necesidades económicas. Lo que representa un aumento de 13 puntos porcentuales en este grupo en relación a 2022. Se destaca la pérdida de capacidad adquisitiva para consumir ropa, medicamentos, alimentos y actividades de recreación.
En 2024 se observa un menor porcentaje de personas que consideran que su estado de salud es muy bueno, en relación a 2021 y 2022. Esto coincide con un aumento en el porcentaje de población encuestada que considera que su salud empeoró en el último año, teniendo en cuenta que el 80,5% toma medicación con indicación médica a la cual accede mayoritariamente con descuento a través de PAMI.
Por otro lado, el 29% de las personas encuestadas tienen poco o nada satisfechas sus necesidades de alimentación. Este dato representa un aumento de 12 puntos porcentuales en este grupo respecto a 2022.
En un contexto de envejecimiento poblacional, en conjunto con una aumento de la dependencia básica y un empeoramiento de la calidad de vida, urge aumentar la capacidad de promover contextos socioeconómicos, sanitarios, de ocio y de trato desde una perspectiva de derechos humanos de las personas adultas mayores.