
Sebastián Kurtis nació y creció en Quilmes, la ciudad donde vivió hasta los 21 años. Como muchos argentinos de su generación, fue testigo y víctima del colapso económico de 2001, una crisis que llevó a miles de personas a buscar nuevos horizontes fuera del país. Con una cámara en mano y un espíritu aventurero, Kurtis decidió emprender un viaje que cambiaría su vida para siempre.
Su destino fue Europa, donde inicialmente vivió en la clandestinidad, enfrentando los desafíos propios de la migración irregular. Trabajó en diversos oficios para subsistir y fue incluso deportado en una ocasión. Pero lejos de rendirse, encontró en la fotografía una forma de narrar su experiencia y la de miles de personas que, como él, buscaban un futuro mejor lejos de su tierra natal.
Su formación profesional comenzó en la Universidad de Manchester, donde se graduó en fotografía y posteriormente realizó una maestría en la misma disciplina. Su obra pronto empezó a destacar por su enfoque crítico y experimental, utilizando la imagen como una herramienta para denunciar las injusticias que sufren los migrantes en distintas partes del mundo.
Una de sus series más impactantes, titulada “Ahogado”, muestra la violencia que enfrentan quienes cruzan el mar en embarcaciones precarias. Para esta serie, Kurtis sumergió los negativos en agua salada, dejando que el deterioro natural de las imágenes simbolizara el peligro y la fragilidad de la travesía migratoria. Esta obra fue aclamada internacionalmente y exhibida en importantes galerías de Londres, París, Zúrich, Nueva York y Pekín.
Su compromiso con la temática migratoria no solo responde a su historia personal, si no también a una mirada global sobre el desplazamiento humano. En su serie “Evidence”, Kurtis documentó el rastro dejado por migrantes en distintas fronteras del mundo, incluyendo México, el Mediterráneo y Siria, utilizando fotografías alteradas con elementos naturales para reforzar el concepto de vulnerabilidad y resistencia.
El reconocimiento a su trabajo ha crecido con los años, llevándolo a exponer en prestigiosas galerías y festivales de fotografía. Sin embargo, a pesar de su trayectoria internacional, nunca olvidó sus raíces en Quilmes. Recientemente, regresó a su ciudad natal para presentar la muestra “Desarraigo, fotografías 2008-2024 de México a Palestina” en la Casa de las Culturas de Quilmes. Esta exposición representa un recorrido por su obra, reuniendo imágenes captadas a lo largo de más de 15 años, en las que documenta la crisis migratoria global desde una perspectiva humana e introspectiva.
Además de su labor como fotógrafo, Kurtis mantiene una fuerte presencia en redes sociales, especialmente en Instagram, donde comparte sus proyectos y reflexiones sobre la migración. Su trabajo ha sido destacado por medios internacionales y forma parte del archivo de importantes galerías, como la Christophe Guye Galerie y el PhMuseum, donde su biografía y obras pueden ser consultadas por amantes de la fotografía documental.
Sebastián Kurtis representa la historia de tantos quilmeños que, empujados por la crisis, debieron buscar nuevas oportunidades lejos de su hogar. Pero su caso es particular, porque no solo encontró un camino en el arte, si no que logró convertir su experiencia en un testimonio visual de la lucha y la resiliencia de los migrantes. Desde Quilmes hasta los escenarios más importantes del mundo, su mirada sigue dando voz a quienes muchas veces son invisibles para la sociedad.