El Gobierno avanza con una serie de reformas que incluyen la conversión del Banco Nación en una sociedad anónima bajo el decreto de Javier Milei. Esta medida está generando incertidumbre en Quilmes, donde las autoridades nacionales analizan un ajuste estructural que podría traducirse en cierres de sucursales y despidos de empleados en nuestra ciudad.

Aunque aún no se han definido fechas específicas, el proceso de transformación del Banco Nación sigue su curso. En 2024, la entidad redujo su plantilla en un 7%, con la desvinculación de alrededor de 1.000 empleados. Ahora, el foco se pone en municipios con altos costos operativos, y Quilmes figura entre los afectados, junto con distritos como La Matanza y San Isidro, que también podrían ver reducida su presencia bancaria.

La justificación oficial para estos recortes es la necesidad de hacer que el Banco Nación sea “más eficiente” y reducir el déficit fiscal, a pesar que la entidad no presenta pérdidas. Según el Gobierno, la reestructuración es crucial para alinear el funcionamiento del banco con las exigencias del mercado.

La noticia ha generado un fuerte rechazo en los sindicatos. La Bancaria, liderada por Sergio Palazzo, ha calificado la decisión como “una estafa” y alertó sobre posibles movilizaciones y acciones gremiales para resistir los despidos y el cierre de sucursales.

En Quilmes, una ciudad caracterizada por su vibrante actividad emprendedora, los vecinos temen no solo la pérdida de acceso a los servicios financieros del Banco Nación, sino también el impacto económico que tendría la pérdida de empleos. 

En este contexto, el Gobierno de Milei sigue adelante con un ajuste que afecta a la familia estatal, lo que genera más incertidumbre sobre el futuro económico de la ciudad y el país.